Sólo quien ha caminado junto a Jesús puede entender que los títulos que le ponemos a Jesús, como este de Rey, van mucho más a allá de lo que las palabras significan.
Porque este ser rey de Jesús cambia cualquier idea que podamos tener del poder y del dominio. Porque al proponerte seguirle en la construcción del Reino de Dios, es el primero que se pone manos a la obra. Porque es ejemplo para quienes queremos participar con él en este reino donde el primero que es servidor de todos y todas, se agachó a lavar los pies de sus amigos. Y porque hacerle dueño de nuestras vidas y proyectos nos convertirá en sus amigos y amigas (Jn 15, 15) y nos hará mucho más libres.
¿Te atreves a seguir creciendo en ese estilo de hacer Reino acompañado y ayudado por Jesús?